Esta situación requiere de los empresarios del catering una enorme organización del trabajo y la logística y esfuerzos puntuales de compra, que no pueden dejar pasar si quieren ofrecer el servicio de calidad que los novios han contratado (y pagado). No olvidemos además, el riesgo, que siempre sobrevuela estos eventos y que supone un duro golpe a la reputación de cualquier catering (además de las sanción económica), si algo está en malas condiciones y, no digamos, si se produce una intoxicación alimentaria en alguno de los invitados. (Exceptuando al primo borracho que se justifica su malestar por otros motivos)
Alquilar una cámara frigorífica, la mejor opción para una boda en una hacienda con encanto
Pero ¿necesito comprar una cámara frigorífica para estos repuntes de compras? ¡Sin lugar a dudas, no!
El alquiler de una cámara frigorífica tiene, frente a la compra, ciertas ventajas que lo hacen la opción preferida por los empresarios del sector:
Control del coste: transforma un coste fijo en un coste variable.
Flexibilidad: permite la contratación estrictamente por el tiempo necesario y de la cantidad de espacio necesario para el momento del año.
Externalización: permite al empresario del catering focalizar su atención exclusivamente en aquello que le resulta rentable.
Tranquilidad: además del alquiler de la cámara frigorífica, estos servicios llevan asociado un servicio de mantenimiento que reparará cualquier incidencia que pueda ocurrir durante el periodo de alquiler.
Inmediatez: las cámaras frigoríficas de alquiler tienen una rápida y fácil instalación, no requiriendo de obras o reformas que aumentan el coste y retrasan su disponibilidad.